Nos enfrentamos a un mundo nuevo donde lo impredecible, lo complejo, la incertidumbre… está a la orden del día. Lo vivido durante la pandemia nos ha hecho darnos cuenta de la fragilidad del ser humano y nos empuja hacia un paradigma que centre nuestros esfuerzos en promover la vida en nuestros colegios desde una “PEDAGOGÍA DEL CUIDADO” donde toda la comunidad educativa nos sintamos caminando juntos hacia una misma dirección, EL CUIDADO COMÚN.
Este nuevo paradigma promueve la prevención que genera un tipo de vínculos saludables, orientada a la creación de espacios seguros y al fomento de valores que realmente humanicen la vida de los centros. La cultura del cuidado nos lleva a una espiritualidad del acompañamiento y una comprensión de la estructura educativa que afecta a todas nuestras acciones propiciando una nueva perspectiva sobre nosotros mismos, nuestras relaciones con los demás y también con la naturaleza.
Por todo ello, no dejemos de lado el poder de la educación como medio para ser acompañado y acompañar. Jesús nos da ejemplos en el evangelio de cómo hacerlo: como el buen samaritano, como el buen pastor, … De la misma manera que Santa Mª Micaela acompañó sin dudarlo desde un primer momento a las jóvenes desfavorecidas acogiéndolas, cuidándolas y reconociéndolas, creando así las llamadas “Escuelas de Niñas de Santa María Micaela del Santísimo Sacramento”. Debemos seguir su ejemplo de dedicación y cuidado con uno mismo, con los demás y con el mundo.
El Papa Francisco también nos propone que desarrollemos una “cultura del cuidado” frente a la “cultura de la indiferencia y del descarte” aprendiendo a hacernos cargo de los demás, de la sociedad, de la creación, para de esta manera experimentar la alegría de la amistad y de la gratuidad.
Reflexionemos sobre nuestra forma de actuar y procuremos que la cultura del cuidado sea una realidad en nuestros colegios como un reto y una tarea compartida.
CUIDAR NUESTRA COMUNICACIÓN
Promover una comunicación asertiva, abierta, de confianza y respetuosa. Escuchar y comprender las necesidades de los demás, respetando las diferencias.
CUIDAR NUESTRAS RELACIONES
Educar en la ternura, fomentando el cuidado de las personas significativas de manera especial.
CUIDAR NUESTROS ESPACIOS (colegio)
Crear un ambiente agradable, de aprendizaje seguro, inclusivo y positivo que promueva el desarrollo integral creando identidad de colegio,...
El pasado marzo hubo una jornada muy significativa para 2º de la ESO, ya que disfrutaron de un merecido desayuno especial en el patio. ¿La razón? ¡Haberse consagrado como los ganadores del concurso "El Iceberg del cuidado"!
Este concurso se centra en promover la buena convivencia y el comportamiento ejemplar en el aula, valores fundamentales para un ambiente escolar armonioso y positivo.
La alegría y emoción se hicieron presentes entre los estudiantes al recibir este reconocimiento por su esfuerzo y dedicación. Fue un momento de celebración y camaradería, donde se reforzaron los lazos de amistad y trabajo en equipo.
Este logro no solo destaca su compromiso con la convivencia escolar, sino que también refleja la importancia de valores como el respeto, la empatía y la colaboración en el entorno educativo.
¡Enhorabuena al grupo por este gran logro! Que este premio sea un recordatorio constante de la importancia de mantener un ambiente de respeto y armonía en el aula, donde cada uno pueda sentirse valorado y parte de una comunidad educativa unida.
Que este desayuno especial sea el inicio de más momentos de éxito y colaboración en su trayectoria escolar.
Han sido dos semanas de sorpresas, reflexión y compañerismo, gracias a las distintas actividades que se han llevado a cabo:
A todo esto hay que añadir los Buenos Días, que cada día recibían a los alumnos con una frase de nuestra fundadora, y la decoración que elaboraron nuestro alumnos y alumnas de ESO y FPB.
Han sido tres semanas cargadas de expectación, alegría, ilusión, con un ambiente diferente que nos ha recordado que lo cotidiano se vuelve especial cuando nos disponemos a “Micaelar”.
En definitiva, ante la perspectiva de una fiesta tan entrañable que se presentaba fría y alejada por la situación sanitaria, nuestros alumnos y profesores han sido capaces de llevar esa esperanza unos a otros y proyectarla al barrio y a las familias. Ellos han sido en este mes de diciembre la llave de la Esperanza.
Y eso precisamente es lo que hemos trabajado en nuestro centro durante esta semana. Cada profesor y alumno ha tenido un momento para detenerse y reflexionar sobre todo aquello que nos hace sentir desesperanza y sobre todas las cosas que escuchamos que nos llenan de esperanza.
Pero este no es un tiempo solo para reflexionar, sino que tiene que llevarnos al mundo, así que, siguiendo con el lema de pastoral de este año, nuestros alumnos se han hecho una pregunta: ¿Y si tuviera yo la llave de la esperanza?
Para darle respuesta, cada uno ha decorado las llaves de su casa con un dibujo o una letra que le recordara a una persona o una situación que necesita llenarse de esperanza, para comprometernos a ser nosotros esa llave que abra sus corazones a la venida de Jesús.
Con esta frase vamos a trabajar un valor fundamental en el mundo acelerado e impersonal en el que vivimos: el acompañamiento.
Entendemos el arte del acompañamiento como una fortaleza que surge de la gratuidad, del apoyo, del respeto hacia la otra persona, de la mediación y del AMOR que todo lo vitaliza. Por ello, en nuestros colegios debemos potenciar dentro del acompañamiento, la escucha activa sobre quién lo necesite, que tome conciencia de su situación, que él mismo busque la solución y no se sienta juzgado.
Este objetivo tan grande se concretará en tres valores que se irán conociendo a lo largo de cada uno de los tres trimestres:
Todo esto fue presentado a nuestros alumnos mediante un video introductor, en el que los miembros del Equipo de Pastoral les explicó en qué consistía eso de “ser la llave”. A continuación, se ofreció a nuestros alumnos la posibilidad de personalizar el dibujo de una llave como si fueran ellos mismos, con sus cualidades y talentos, que determinan las distintas formas, materiales y colores que conforman un llavero tan especial como este.
Esta llave acompaña a nuestros alumnos en su día a día, pues cada uno la colocó en un lugar visible de su material: una agenda, un portablog, un cuaderno… De esta manera, tenemos siempre presente en nuestras clases que cada uno de nosotros somos la llave que abre el corazón del otro y que es nuestro deber aprender a usar las herramientas de que disponemos, como la escucha activa, la empatía y la cercanía, para llegar a los demás, estar con ellos en las dificultades y en los logros, sufrir y alegrarse con sus vivencias… en definitiva: para ser acompañantes de la vida.
"Quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien"
—Papa Francisco
Como la situación sanitaria que se estamos viviendo es excepcional, este momento tan especial del curso se ha sustituido por una sesión de tutoría en el patio, donde los alumnos han llevado a cabo dinámicas y juegos con los que han descubierto y practicado distintas técnicas de escucha activa, profundizando en la importancia de esta y en la necesidad de sentirnos escuchados.
A todo esto, se le han unido espacios para divertirse y compartir vivencias entre los alumnos y con sus tutores.
Ellos han sido la llave de la buena convivencia.
© 2018
Colegio Adoratrices Málaga